miércoles, 4 de abril de 2018

tic tac

Tic tac, tic tac, tic tac, tic... Sigo mirando al techo de mi habitación y cada vez me resulta más interesante. Veo imágenes encadenadas como formando una película.
Tic tac, tic tac, tic tac, tic... El tiempo pasa, suena raro, ¿no crees? El tiempo pasa sobre mí también y a cada segundo soy más vieja, a cada segundo me acerco más al temido momento de la muerte. 
Tic tac, tic tac, tic tac, tic... Las imágenes pasan y tú sales en todas. Recuerdo aquel paseo por el parqeue. ¿Te acuerdas del helado de pistacho? Me da miedo pensarlo.
Tic tac, tic tac, tic tac, tic... Decimos que nos asusta la muerte pero yo no me lo creo. Moriremos. Y para entonces nos dará igual. A mí es la muerte de los demás la que me aterra, la que yo voy a vivir.
Tic tac, tic tac, tic tac, tic... Misa, lágrimas, cielo, abrazos. Ojalá creyeses en el cielo. Ojalá lo hiciese yo. Ojalá encontrar la manera de pensar en ti ahora, porque aunque quiera que estés en algún lugar mejor, sólo no existes y no sé pensar en la nada.
Tic tac, tic tac, tic tac, tic... Cuando muere alguien que quieres es cuando, por fin, la muerte duele. Pero si no sé pensar en la nada, ¿cómo es que puedo pensar en ti? Si eres nada y te pienso, quizás aún seas algo. Si eres nada y te pienso, quizás no seas "nada" y sigas viva en mis recuerdos. Que frase tan típica, tan cliché. Pero piénsalo. Si te estoy escribiendo y pienso en ti como sé que otros hacen, ¿no será que aún estás aquí, aunque sólo sea en esta carta?

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